Daniel 'El Loco' Barrera, delatado por su familia
Un pariente del capo fue clave para que se descubriera su ubicación. El operativo para encontrarlo comenzó hace cuatro meses y en él participaron ingleses, estadounidenses y venezolanos. Gobierno Chávez fue fundamental para el golpe.
Por: Redacción Judicial
Daniel Barrera era, prácticamente, un venezolano más. Se movía a sus anchas por el vecino país, con la comodidad que le brindaba el dinero de sus ilícitos negocios, pero siempre procurando manejar un perfil bajo para no alertar sospechas que estorbaran. Desde hacía tres años, las autoridades colombianas sabían que se encontraba en ese territorio, pero el siempre escurridizo Loco Barrera no era presa fácil. Había huido del país para evitar ser capturado, como ocurrió con tantos de sus socios y su propia familia, y en Venezuela tenía ya otra vida establecida. Sólo necesitaba que quienes en más confiaba él no le fallaran. Pero llegó el día en que se le agotó la última reserva de su suerte.
A Daniel Barrera lo entregaron, como consecuencia de tantas maniobras que ejecutaron diversos organismos de seguridad para dar con su paradero. En la carrera por cercarlo fueron capturados sus principales socios: Claudio Javier Silva Otálora y Luis Agustín Caicedo Velandia; su madre, Ana Silvia Barrera; sobrinas y sus esposos, y hasta su hermano Arnoldo, quien sufre de síndrome de Down y es, particularmente, su adoración. Tanto amor fraternal no evitó, sin embargo, que el nombre de Arnoldo fuera usado para transacciones comerciales del cartel de El Loco Barrera, quien por años intentó constituir una fachada legal para sus ilícitos negocios. Entre los delatores de Barrera figura, además, un miembro de su propia familia, quien recibió dineros de los organismos antidrogas durante meses.
Detener a este hombre era tan importante, que para lograrlo tuvieron que intervenir tres gobiernos más: el británico, el estadounidense y el venezolano. El primero aportó información fundamental de inteligencia. El segundo, a través de la DEA y la CIA, entregó información relacionada con temas financieros y lavado de activos. La Policía venezolana, por su parte, ayudó a seguirlo, ubicarlo y, finalmente, capturarlo. La colaboración delgobierno Chávez resultó fundamental en este episodio, en un momento en que el presidente Hugo Chávez lucha por demostrarles a sus vecinos que su administración también combate el terrorismo y la delincuencia organizada.
Por información que guiara a él, el Gobierno colombiano ofrecía una recompensa de $5.000 millones y el de Estados Unidos, otra de US$5 millones. Estos dineros les serán desembolsados a quienes alertaron que El Loco se encontraba en la ciudad fronteriza de San Cristóbal, sobre una vía pública, en una cabina telefónica, recurriendo al único método que le quedaba para comunicarse con los suyos, porque no confiaba en ningún otro sistema. El operativo estaba sobre la marcha desde el lunes pasado. Los organismos de seguridad de los gobiernos mencionados se habían reunido la semana anterior en Londres para ultimar detalles, y en Washington habían organizado una especie de oficina conjunta para coordinar cada movimiento, con el director de la Policía, general José Roberto León Riaño, y la DEA a la cabeza.
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